Cintia, desde algún lugar de nuestro continente americano, me hace llegar la siguiente historia:
Fotografía de Luis Mazariegos
…..” yo les quiero contar la mia ....
Mi abuela era una mujer muy alegre que cosía donde daba una ventana grande. A la tarde, cuando el sol no estaba muy fuerte, ella se sentaba en su máquina. Mientras cosía se podían ver algunos colibríes revoloteando en la ventana.
Cuando mi abuelita falleció mi papá estaba muy triste llorando en su casa, cuando ve un colibrí en su patio. Él lo mira y le dice: si sos mi mamá acércate… El colibrí voló hacia él hasta casi tocarle la nariz.. Él siempre dijo que mi abuela había reencarnado en uno de esos frágiles y bellos pajaritos.
Eso no es todo el 28 de enero, a 15 minutos de que mi hermano Lautaro cumpliera sus 18 años, se largó a llorar desconsoladamente recordando a mi abuela.... El 29 después de cantarle el cumpleaños vio salir de la pieza un colibrí. Quedamos todos sorprendidos, emocionados. Él dijo: la abuela vino a saludarme. Fue algo muy fuerte, el colibrí se le paró sobre la cabeza.
Pero eso no fue todo.... Se dejo agarrar…. Todos tuvimos la oportunidad de tocarlo.... Para mí fue mi abuela que vino a demostrarnos que lo que muere es el cuerpo…. Yo sentí que me dijo: acá estoy siempre con ustedes, acompañándolos. Y se quedó con mi hermano festejando su cumple hasta las 6 de la mañana!!!!!!!
Gracias abuela….”
Mi abuela era una mujer muy alegre que cosía donde daba una ventana grande. A la tarde, cuando el sol no estaba muy fuerte, ella se sentaba en su máquina. Mientras cosía se podían ver algunos colibríes revoloteando en la ventana.
Cuando mi abuelita falleció mi papá estaba muy triste llorando en su casa, cuando ve un colibrí en su patio. Él lo mira y le dice: si sos mi mamá acércate… El colibrí voló hacia él hasta casi tocarle la nariz.. Él siempre dijo que mi abuela había reencarnado en uno de esos frágiles y bellos pajaritos.
Eso no es todo el 28 de enero, a 15 minutos de que mi hermano Lautaro cumpliera sus 18 años, se largó a llorar desconsoladamente recordando a mi abuela.... El 29 después de cantarle el cumpleaños vio salir de la pieza un colibrí. Quedamos todos sorprendidos, emocionados. Él dijo: la abuela vino a saludarme. Fue algo muy fuerte, el colibrí se le paró sobre la cabeza.
Pero eso no fue todo.... Se dejo agarrar…. Todos tuvimos la oportunidad de tocarlo.... Para mí fue mi abuela que vino a demostrarnos que lo que muere es el cuerpo…. Yo sentí que me dijo: acá estoy siempre con ustedes, acompañándolos. Y se quedó con mi hermano festejando su cumple hasta las 6 de la mañana!!!!!!!
Gracias abuela….”
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